ENTREVISTAContepomi y los Pumas. El reto de trabajar siete meses sin los jugadores, judo importado y el partido especial que se vienePor Alejo Miranda
Como en una película de Hitchcock, el ritmo pasa del frenetismo ecléctico a una ralentización casi desesperante. Del frenesí de pasar horas arriba de un avión, dormir en camas de hotel y contar los días de la semana en función de la intensidad de los entrenamientos a la psicosis de que el tiempo transcurra entre reuniones por zoom o sesiones de video adentro de un container. Cualquiera sea el contexto, el trabajo de Felipe Contepomi no merma. La temporada de los Pumas se extiende de julio a noviembre. En cinco meses se condensa el trabajo de todo un año. Es la parte visible: el ensayo, la filmación y, finalmente, la proyección de la película. Queda para los otros siete trabajar en el guión (la elaboración del plan de juego), el casting (el seguimiento y selección de jugadores), la edición (el recorte de las virtudes y defectos). La parte del iceberg que no sale a la superficie.